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Una nueva manera de responder cuando el jefe no tiene la razón.

Mar 02, 2023

Hay que lidiar con superiores caprichosos y dictadores sin caer en conflictos.

 

El jefe te pide algo poco razonable, desconoce la situación y te sientes frustrado porque no es la primera vez. Las peticiones se acumulan y te empiezas a desesperar, la situación pasó de la incomodidad a sentirte molesto, tu cara se puede sonrojar de lo enojado que estás y sientes calor en la boca del estómago.

 

Empieza por ti.


Tienes razón en sentirte así. El jefe es el primero que debe gestionar de forma adecuada las actividades, si te carga más la mano o pide cosas que no van, es una injusticia, punto. Pero recuerda que ese es tu punto de vista y las emociones que recorren tu cuerpo no te ayudan a darte perspectiva, da dos pasos para atrás mentalmente y toma distancia.

 

Gestiona tus emociones:


Explotar contra tu jefe no hará tu vida más fácil. Si te peleas, llevas las de perder.

Ser ingrato, o incumplir con lo que se pide, añadirá a tus emociones la vergüenza, y se interpretará como agresión pasiva.

Objetamos lo que se nos solicita, porque nos cae mal el mensajero

No todo lo que pide está fuera de razón, habrá que ver que hay en el fondo de su petición, se vale preguntarla ¿es una prioridad?, ¿cuál es el interés de la solicitud?

No lo tomes personal. Trabajo es trabajo, en general a los jefes les interesa que las personas saquen adelante los proyectos, no es que "tengan algo personal contra alguien". Si sientes que te trata claramente peor que a los demás, es importante que prepares una conversación con él y se aclaren los malos entendidos.

Conseguir que tu jefe entienda tus puntos de vista, requiere una comunicación clara y honesta. Si estás dispuesto a iniciar ese diálogo de manera frecuente, tendrás más probabilidades de obtener el apoyo que buscas.

La vida ya es lo suficientemente dura para hacerla más difícil con nuestras ansiedades o historias que nos platicamos a nosotros mismos.

Uno puede escoger su trabajo, pero no a su jefe (a menos que te independices o cambies de área). Aceptar la realidad de tu circunstancia, es el primer paso para cambiar.

 

Adam Grant señala:

Un jefe tóxico te apuñala, uno egoísta te detiene, uno jefe apoyador te impulsa hacia adelante.

"Más importante que el desempeño, los grandes gerentes invierten en la gente, ellos promueven el crecimiento y bienestar de la gente".

 
Lista de reflexiones:

Todo es temporal.

El control de ti, lo tienes tú.

De malas situaciones uno sale fortalecido.

Se puede ser compasivo ampliando el espectro y entendiendo el punto de vista del jefe.

 

Lista de aprendizajes:

No necesitas responder al caos emocional de la otra persona, guarda distancia y velo como un testigo

Enfócate en la solución, no en el problema. ¿Qué vas a hacer para manejar a esa persona complicada?

Detén la conversación negativa interna a toda costa, solamente se vuelve irracional y creciente.

 

De esta manera, la próxima vez que te descubras quejándote de una situación injusta, puedes tomar perspectiva y saber que a veces los jefes más exigentes (o incluso injustos) son los mejores maestros. Recuerda que "lo que no te mata te hace más fuerte".

 

Sé prudente y fija límites, si la situación es insostenible, prepara tu salida y encuentra un lugar donde estén alineados tus valores personales a los de la empresa, sal de manera impecable.

Aprende a dar retroalimentación efectiva

Evita que te explote el problema. Guiar a tu equipo no siempre es cómodo o fácil.

Aprende a tener esas conversaciones difíciles. 

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