
¿Por qué acabas exhausto por el trabajo? 5 cosas para corregirlo.
May 14, 2025El filósofo y ensayista de origen surcoreano, Byung-Chul Han, ganó el Premio Princesa de Asturias en la categoría de Comunicación y Humanidades 2025, por "su brillantez para interpretar los retos de la sociedad tecnológica", según el jurado. Han nos invita a reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, sobre lo que denomina "la sociedad del cansancio", "la sociedad de la transparencia".
La sociedad del cansancio.
En algunas versiones del mito de Prometeo, este roba el fuego del Olimpo, para dárselo a los humanos, permitiendo el desarrollo de la civilización. Como castigo, Zeus lo encadena a una roca y cada noche un águila devora su hígado, que se regenera todos los días.
En la sociedad actual, ya no necesitamos dioses que nos encadenen. Nos castigamos nosotros mismos. Antes los dioses eran visibles, hoy el enemigo es invisible. El hígado vuelve a crecer, el sujeto vuelve a rendir, el ciclo es continuo.
Nos encadenamos a nuestra necesidad de rendimiento y éxito.
¿Cuánta energía dedicas para conseguir tú "yo ideal"?
¿Cómo te sentirías en caso de no conseguir esas metas?
Alguna vez me pidieron cambiar de puesto y ciudad a medio ciclo escolar de mis hijos. Eso implicaba volar en el primer vuelo de la mañana, para presentarme a trabajar, no ver a mis hijos entre semana y regresar en el último vuelo del viernes. Era agotador. Para el sábado, yo ya estaba mandando correos, organizando proyectos y continuaba mi labor.
Cierto que es enorme la cantidad de cosas que hacer cuando uno toma un puesto. Junto con el aprendizaje necesario para realizarlo bien, conocer los nombres de las personas, sus responsabilidades y carácter, la dinámica del equipo, más las cuestiones personales, ¿a dónde me voy a mudar? ¿A qué escuela van a ir mis hijos?
Continuamos con la escena del sábado por la mañana, se acerca el más pequeño de mis hijos y me dice algo, yo no despego la cara de la pantalla y le contesto. La segunda vez que lo intenta, respondo de la misma forma, él me dice "así no". En ese momento tomo conciencia: estoy desaprovechando la presencia de ambos y de toda la familia; mi energía y atención siguen en otra ciudad. El fin de semana, que se supone que es para descansar, distraído y poniendo a trabajar a mis gerentes que reciben mis correos. ¿Quién me obligaba?, estrictamente, nadie. Respondiendo concretamente, yo mismo.
En la sociedad del rendimiento, somos nuestra propia historia de heroísmo, todo es productividad y no se permite el aburrimiento. Se pierde el don de la escucha y del concepto de "nosotros" (comunidad).
La repercusión de este hiperrendimiento e individualismo es el cansancio, la fatiga y la depresión. La depresión ha aumentado 50 % entre 2010 y 2020. El menor contacto cara a cara, reduce la calidad de las relaciones significativas, la sobrecarga de información dispersa la atención y aumenta la ansiedad, el uso nocturno de dispositivos, retrasa el sueño y deteriora la salud emocional.
Cuando un hígado es dañado, no se siente dolor, es invisible, de ahí el peligro.
Cinco cosas que podemos hacer para tener más conciencia y sentido:
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Ser consciente de la enajenación.
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Debemos darnos cuenta y ocuparnos de nuestro cansancio.
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No hacer algo, o no hacer nada, es potente y reparador.
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Poner al ser humano en el centro y crear sentido de comunidad.
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Valorar la vida contemplativa que compense la vida activa y aprecie la belleza, la verdad y la bondad (Hanna Arendt).
La nueva tecnología está desprovista de sentido. No hay conciencia de ello y eso nos deshumaniza, nos aísla. Creyendo ser libres, estamos atados a una autoexigencia; es un autoengaño de progreso constante.
Me di cuenta de que mi hijo no siempre sería chico y quise que tuviera recuerdos de su papá jugando con él y no como alguien lejano viendo una pantalla que no significaba nada para él. Le estaba dedicando demasiada energía a mi yo ideal y hoy me doy cuenta de que: no importa cuánto trabajes, siempre te asignarán más y que mi valía no depende de lograr más cosas en menos tiempo, en otras palabras, no me sentiría mal si algunos resultados no se logran si doy mi mejor esfuerzo sin excederme. Estoy consciente de que no todo dependía de mí o de mi equipo.
Cuestiona tus creencias de éxito y el precio que pagas por ello.
Gracias por leerme.
Paco Ortiz.
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