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Lecciones del Juez Frank Caprio - Humanidad en la sala 💜

Jan 28, 2020

magina que ha llegado a tu domicilio un citatorio de un juez ¿cuáles serían las primeras emociones? ¿Qué sentirías? 

Te cita tu jefe para una reunión, no dice el tema, solo que tienes que presentarte mañana a las 8:00 a.m. ¿Qué es lo primero que llega a tu mente?  

En Estados Unidos las comparecencias en las salas de justicia son grabadas por ley. En el caso particular de la corte de la Ciudad de Providence, la capital del estado de Rhode Island, algunas de estas audiencias pueden verse en redes sociales (y tienen millones de vistas). 

El juez de esta corte es un personaje diferente, su señoría Frank (Francesco) Caprio.  

Se presenta José, un chofer de camiones en la sala, a aclarar dos multas, una de ellas consistía en dejar un camión mal estacionado, se disculpa diciendo que estaba demasiado cansado, llegó a cenar, se quedó dormido y olvidó mover el camión. 

El juez escucha con atención, rebaja una multa y condona la segunda y le dice que puede irse. 

José pide permiso de decir algo más, con un nudo en la garganta menciona «yo lo conozco a Usted, hace 18 años me llamó la atención por varias infracciones, estaba dando malos pasos, usted me preguntó: ¿qué quieres hacer con tu vida? ¿seguir así? o ¿hacer algo con tu vida? Se lo agradezco». 

El juez Caprio le pide subir al estrado y le da un abrazo.  

Llega una señora embarazada para responder a un citatorio por una multa de tránsito, no ha podido pagar, no tiene empleo, el juez le da la bienvenida y le dice que pronto verá una bendición y le pregunta ¿si es varón o niña? -varón, ¿cómo se llamará? 

Ella dice que se llamará Francesco, el juez ríe pensando que es broma, vuelve a preguntar y ella repite «Francesco» porque he oído de usted, como una persona muy amable. 

El juez le pide noticias del nacimiento y en un video adicional aparece el juez cargando al bebé.

¿Qué hace diferente al juez Caprio? 

Sin duda es un juez «muy humano», lo mismo rebaja multas y canaliza dinero que envía la gente que quiere apoyar a personas necesitadas. 

¿Demasiado tolerante? «No lo creo» dice el juez Frank Caprio, quien lleva décadas impartiendo justicia sin distinguir origen, color de piel, ni posición social. 

«El detalle más pequeño puede cambiar la vida de alguien» aparece en su página oficial Sitio Corte Providence  

Pero, regresemos por un momento a la cita con tu jefe de las 8:00 am ¿te inquietó? Seguramente la respuesta estará en función de la personalidad de tu jefe. 

El juez Caprio entiende que por encima de todo, somos humanos, la humanidad es una virtud personal que lo caracteriza y dentro de esta virtud se destaca su amabilidad.  

Amabilidad es ser generoso con tu tiempo hacia las personas, no tener agendas escondidas, escuchar, apoyar y estar ahí para los otros. Si tú como líder eres así, cuando reúnas a tu equipo para una contingencia, no habrá gente inquieta y los integrantes llegarán del mejor ánimo a dar lo mejor de ellos mismos.  

Reza el dicho popular que «lo cortés no quita lo valiente», en el caso del liderazgo se podría adaptar a «lo amable no quita lo efectivo», más allá de puestos, es fundamental recordar la humanidad que debe prevalecer en la sala, sea de justicia o de juntas y tú:

¿Qué quieres hacer con tu vida?

Aprende a dar retroalimentación efectiva

Evita que te explote el problema. Guiar a tu equipo no siempre es cómodo o fácil.

Aprende a tener esas conversaciones difíciles. 

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