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Cuando tomas un puesto siempre hay algo que se puede mejorar.

Jul 06, 2021

Ana se la vivía quejando del papeleo que nos pedían para tramitar un requerimiento del cliente.

Estar junto a ella acababa con tu energía. En lo personal me gusta alejarme de este tipo de personas.

Ana tenía una forma pensar fija. Pensaba que su puesto era su trabajo, una mentalidad que limita por sí mismo el crecimiento. Esto es un error común.

Siempre se puede mejorar lo que uno hace. Hacer las cosas diferentes, convierte tu trabajo en algo divertido. Todo es mejorable y pensar que puedes formar parte del cambio, es motivante.

Me acordé de mi situación anterior como becario.

Estaba sentado y nervioso por tomar unas de las primeras sesiones para una beca en la que había sido aceptado. La mayoría de mis compañeros venían de carreras en las que ya conocían mucho de computación, yo venía de otra área de ingeniería y desconocía muchas cosas, eso me tenía algo inquieto.

Al inicio de esa beca, tuvimos varias sesiones de inducción con los directores de la compañía que nos había admitido y para finalizar el día entró al salón un director más joven que el resto, unos quince años por lo menos.

Más allá del contenido de su presentación, me llamó la atención de su plática, la forma en la que atacaba los problemas. Si iba a ver un cliente y tenía una falla técnica, revisaba las causas e incluso ¡la arreglaba!

En ese momento conecté los puntos.

Me acordé lo que me dijo alguna vez un maestro en la Preparatoria y que se me quedó grabado para siempre:

"Da más de lo que se espera de ti en todo lo que hagas, porque si solo das lo que se espera de ti, no tiene ningún chiste".

¡Claro, pensé! Eso iba totalmente acorde a la filosofía del fútbol americano que me enseñaron mis entrenadores, "da el segundo esfuerzo".

Ese director daba más de lo que se esperaba de él y por eso había avanzado más rápido que el resto de sus compañeros en esa empresa.

Poco después entré a un gran corporativo y traté con muchas personas como Ana, quejándose de la situación o de otras áreas. Veía como muchos compañeros se quejaban de la cantidad de trabajo. La mentalidad fija los dejó en los mismos puestos.

Lo dijo alguna vez Theodore Roosevelt: "Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés"

Tu responsabilidad es hacer crecer el puesto, de esa manera creces tú.

Años después y en medio de una crisis financiera del País, fui promovido. No lo creía, pensaba que esos puestos eran designados para amigos solamente. Me ayudó a dar más de lo que se esperaba de mí.

Las personas propositivas son valoradas en las organizaciones. Destacan sobre el grupo. Dan más de lo que se espera de ellas y ayudan a sus compañeros de trabajo también.

Después de 25 años de esa promoción, puedo decir que valió la pena, mi reto no era haber llegado, sino mantenerme ahí y seguir creciendo.

Visto en perspectiva, por supuesto que haría algunas cosas de forma diferente, pero la filosofía básica sigue siendo válida. Siempre es bueno tener viva la esperanza y tomar el control de tu vida, cambia tu mentalidad y eso transformará tu universo.

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