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La conmovedora historia de quien motivó sin premios y castigos.

Sep 25, 2023

Si caes en la rutina, se te olvida el propósito para el cual realizas tanto esfuerzo. Trabajar sin sentido te desgasta. Los premios y castigos, quedan sin efecto, "todo mundo les da la vuelta".

 

El caso de Mychal.

 

Mychal está trabajando en su librería, empujando sillas y al empujar una de ellas, se acerca a una persona sin hogar, Mychal lo saluda:

-M: hola, ¿cómo te va?,

-esta persona inmediatamente se pone a la defensiva y dice, “ya me voy, ya me voy”.

-M: está bien, solo te estaba saludando, por favor quédate, quiero que estés aquí, en la librería.

La otra persona se le queda bien y dice: “eres odiosamente amable”

-M:¿está todo bien?

-”el cerebro me duele”, que es una manera interesante de decir que está batallando con su salud mental.

 

La conversación entre ambos gira en torno a que la persona sin hogar, se quería quitar la vida hace dos días, que a nadie le importaba, que había ido a la librería, solo a sentarse, porque en esa librería todos lo saludaban y eso le había dado ánimos a seguir viviendo.

 

Esta persona frecuentaba esa librería cuando era niño.

 

Esta historia la cuenta Mychal en un video subido a la Red X (antes Twitter), y cierra su video con una gran sonrisa y luz en sus ojos, diciendo: “ese es el poder de la conexión de la librería”, donde alguien te salude y te diga que perteneces, estoy feliz de que puedo ser esa persona ese día, estoy orgulloso de que mi equipo en la librería los hace sentir bienvenidos, los hace tener ese sentido de pertenencia, eso es todo lo que estamos tratando de hacer en este mundo juntos, es existir, tomar cuidado de nuestra salud mental, ven a la librería donde tu perteneces.

 

 

El entusiasmo de Mychal es contagioso. No creo que premie a los que saludan a los visitantes de su negocio y menos castigue a quienes no lo hagan. Impensable.

 

Hacer sentir bienvenido a alguien, mostrar amabilidad, regresar a nuestra humanidad compartida, no se puede cuantificar en pesos y centavos.

 

Compartir el entusiasmo.

 

"Si quieres conocer a una persona. No le preguntes qué piensa, sino qué ama". San Agustín.

 

El Dr. Travis menciona que "en un estudio de Harvard, los empleados que ayudaban a los demás tenían 10 veces más probabilidades de estar centrados en el trabajo y un 40% más de conseguir un ascenso. El mismo estudio demostró que las personas que proporcionaban apoyo social a los demás de forma sistemática eran las más propensas a sentirse felices en momentos de mucho estrés".

 

Entusiasmo significa, etimológicamente hablando, tener adentro la esencia de Dios.

 

En sentido inverso, quienes tratan mal a sus empleados, tienden a tratar mal a sus clientes, aumentan el ausentismo y la rotación de personal. Nadie quiere ir a un restaurante donde el cocinero y los meseros están enojados, la comida no sabe igual.

 

Las cifras son concluyentes:

 

 

La compasión como eje de la motivación.

Paul Gilbert, en su libro de la mente compasiva, narra la anécdota de cuando él vivía en un internado y en la noche se escapaba junto con amigos, a través de la cornisa. Esto era peligroso y el director del internado impuso castigos a quien fuera descubierto haciéndolo. ¿El resultado?, más emocionante para todos, siguieron haciéndolo con mayor sigilo.

 

Fue hasta que un maestro con mayor empatía, se sentó en el dormitorio de los muchachos y les preguntó ¿cómo se sentirían si algún compañero de ustedes cayera y se lastimara seriamente o muriera? En ese momento se despertó en cada uno la consciencia de las consecuencias de sus actos. Jamás volvieron a escaparse por la cornisa.

 

"Mucha gente olvida que desde que naces te acercas a la muerte. La vida es absurda, hay que llenarla de ideas, de entusiasmo y de alegría".

Reinhold Messner. Primer alpinista en escalar los 14 picos más altos del mundo.

 

Conclusión.

Es una realidad la falta de entusiasmo y alegría en muchas empresas, 80% de las personas no están comprometidas con su trabajo.

 

Las empresas lo quieren resolver con premios, castigos, bonos, "te dicen que te pongas la camiseta, pero no hay de tu talla".

 

Las personas son listas, quieren conectarse con algo más importante que ellas mismas. Quieren aportar, ser tomadas en cuenta.

 

Los premios y castigos son temporales, es mejor despertar la consciencia y el entusiasmo de las personas, desde la empatía y la compasión.

 

La carga se vuelve más ligera cuando todos nos ayudamos.

 

Conectar el propósito y valores para encontrar esa zona donde el trabajo se vuelve reto, te emociona empezar el día y contagias sentimientos positivos, nutre la relación del equipo y hace que las personas se sientan bienvenidas, se genera un sentido de pertenencia.

 

Como dice Mychal, "es lo que estamos tratando de hacer en este mundo juntos".

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